Educación Chile – Registro ATE – Ministerio de Educación
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La pandemia por el COVID-19 ha traído como consecuencia múltiples cierres de instituciones educativas en todo el mundo. Según un informe de la UNESCO, aproximadamente 220 millones de estudiantes de educación superior se han visto afectados debido a la interrupción de las clases ocasionadas por la emergencia sanitaria.
Además, han surgido desafíos sin precedentes para el sector educativo y también para los profesionales de la educación superior, que tienen relación principalmente a cómo mitigar las pérdidas de aprendizaje en este nuevo contexto, cómo implementar el aprendizaje online y desarrollar nuevas estrategias para afrontar la “nueva educación”, y por último, algo no menor, hacerse cargo de las emociones en el aula.
Existen evidencias de que el aprendizaje en línea es más eficaz que el aprendizaje presencial. Algunas investigaciones muestran que, en promedio, los estudiantes retienen entre un 25 y un 60% más de información cuando aprenden de forma online, mientras que tan solo entre un 8 y 10% cuando asisten a una sala de clases.
Esto se debe principalmente a que los estudiantes pueden aprender más rápido en línea, porque lo hacen a su propio ritmo, volviendo atrás y releyendo, saltando o acelerando los conceptos que elijan.
Para obtener el máximo beneficio del aprendizaje online, debe haber un esfuerzo mancomunado. Los docentes y profesionales de la educación superior tienen que ir más allá de replicar una clase o una videoconferencia, sino que también deben utilizar diversas herramientas de colaboración y métodos de participación que promuevan la inclusión, inteligencia y personalización, más aún teniendo en consideración la brecha digital y educativa que hay en Chile.
Gabriela Fernández es cirujano dentista e imparte clases en la carrera de Odontología en la Universidad Finis Terrae. Ella nos comenta su visión acerca del auge de las clases online y los desafíos que tienen los profesionales de la educación con respecto a esta materia. Fernández dice lo siguiente: “En un comienzo hubo mucha reticencia al cambio a clases online tanto de parte de docentes como alumnos. Hoy los alumnos que ingresaron en los últimos dos años, han realizado sus estudios únicamente en modalidad online, y eso plantea un nuevo desafío a enfrentar cuando se incorporen a la presencialidad”.
Por otro parte, Luzmira Aranda, Ingeniera Comercial que realiza clases ligadas al ámbito de la administración en INACAP, tiene un diagnóstico negativo acerca del nuevo escenario enfatizando que “muchos docentes no tienen las competencias digitales para afrontar los nuevos desafíos”.
El brusco cambio tecnológico en la educación genera ventajas, pero también desventajas y riesgos para el cuerpo docente, aunque trae múltiples oportunidades para que los profesores perfeccionen sus competencias, también existe el riesgo de que el proceso fracase por la forma apresurada de recepción y posterior adaptación al nuevo contexto educativo.
“La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”
Nelson Mandela
Actualmente, los profesionales de la educación no solamente deben enseñar, sino que también aprender, sobre todo en estos tiempos donde la irrupción de las nuevas tecnologías dejaron a muchos docentes desconcertados.
“Existe una falta de capacitación en el ámbito pedagógico” dice Aranda. Es por eso que en el mundo y específicamente en Chile, la formación del profesorado debe evolucionar, tanto en contenido como en forma. El COVID-19 lo ha confirmado.
Durante una crisis en la educación, la capacitación docente es fundamental para ayudar a reconstruir y mejorar las normas educativas, como también a desarrollar una resiliencia estructural que resista futuras crisis.
Mauricio es Ingeniero y realiza docencia en INACAP en las áreas de informática, tecnología, administración y diseño. El comprende y dice que es sustancial que los docentes se perfeccionen más aún en este nuevo contexto “La capacitación docente cumple un rol protagónico de vital importancia. Si un docente no es capaz de capacitarse queda obsoleto” manifiesta.
El presente escenario ha dejado como lección que los docentes de educación superior y a nivel general deben perfeccionar las competencias digitales, así como también las habilidades pedagógicas y didácticas, y por último la inteligencia emocional.
Cecilia es Ingeniera en Alimentos e imparte clases de Ingeniería Química en Santiago, para ella la principal competencia que debiese tener un docente es la “inteligencia emocional”.
Hoy en día, los profesores no pueden de forma autónoma priorizar y desarrollar estrategias para velar por la estabilidad emocional de los estudiantes. Los directivos de las instituciones de educación superior tienen que desplegar actividades culturales para responder a las necesidades emocionales de los estudiantes y alumnos.
Con el objetivo de mejorar la formación de los docentes en el ámbito socioemocional. La UNESCO, en otro informe, indica algunas recomendaciones:
El contexto actual nos ha dejado en claro que el desarrollo profesional es tan importante como el académico
Con el propósito de contribuir al crecimiento de los docentes y profesionales de Educación Superior, en Educación Chile contamos con diversos cursos de capacitación que son 100% online y además tienen múltiples beneficios.
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Referencias Bibliográfica
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